La enorme tensión a raíz de la polarización política, sobrecarga de información, y una hemorragia de voces airadas caracterizadas por el cinismo y poca humildad saturan las redes sociales. Sufrimos una crisis económica que no se acaba, huracanes, terremotos, y nos amenaza la llegada de una crisis alimentaria a raíz de una nueva guerra en Europa. Una pandemia viral que se resiste a dejarnos, y otra pandemia de salud mental nos mantiene ocupados. Los cambios de gobierno cada cuatro años (y a veces cada dos) son la orden del día generando aún mayor inestabilidad. Y para colmo, pastores, líderes e iglesias enteras muestran síntomas de quemazón y de una serie de síntomas que típicamente toman lugar tras haber atravesado algún trauma.
Todos estamos consternados por los recientes feminicidios de las jóvenes Keishla Rodríguez Ortiz y Andrea Ruiz Costas. El dolor y la angustia provocadas por estos repudiables actos y sus devastadoras consecuencias nos lanzan un reto descomunal a todos los habitantes de este amado terruño; incluida la Iglesia.
En estos días se discuten los proyectos del senado #184 y #185. Estos persiguen denunciar la violencia contra la mujer, o más específicamente la violencia de género, incluyendo implicaciones derivadas de esto último relacionadas con la salud mental, y proponiendo a su vez varios remedios.
Estamos amargamente consternados ante la terrible noticia del más reciente asesinato de una joven madre a manos de quien había prometido (y debía) protegerla. El dolor y la angustia de este acto atroz y de sus devastadoras consecuencias nos lanza un reto descomunal a todos los habitantes de este amado terruño; y en especial a la Iglesia. Todos debemos hacer algo.
Estoy convencido de que el proceso político por el que atraviesa nuestro país exigirá de nosotros, quizás más que nunca, el que verdaderamente seamos una iglesia centrada en el Evangelio, llena del amor y el poder del Espíritu, para gloria de Dios y gozo de PR y el mundo. Escribir las líneas que siguen me ha costado mucho pues estoy consciente de que puedo ser mal interpretado, y honestamente hubiera preferido no tener que hacerlo. Pero he comprendido finalmente que es mi deber ministerial recordarles humildemente varios principios que han de dirigir siempre el norte de la iglesia, y eso es lo que por aquí, con profundo amor y respecto, me propongo hacer.
Como es de todos sabido, desde este próximo sábado 22, entra en vigor una nueva orden ejecutiva que incluye aspectos relacionados al uso de nuestros templos. Esta nueva orden había provocado especulaciones antes de su comunicación oficial así como varias reacciones entre algunas iglesias y denominaciones en el país. Nosotros, no obstante, entendimos prudente esperar hasta su anuncio oficial para expresarnos.
La batería de eventos recientes que a todos concierne (los del país y los del planeta), hacen urgente que admitamos sin rodeos cuán desesperadamente roto está realmente el mundo, ¡todo el mundo! Sin embargo, temo que tendemos a obviarlo o quizás a olvidarlo con demasiada facilidad. Por eso a menudo actuamos sorprendidos de que ovejas sin pastor se porten como tales (Ver Mt. 9:36).
Si te detienes a pensarlo, de los versos previos en Marcos se desprenden muchas posibilidades acerca de las historias que este hombre con lepra debió haber escuchado (ver Marcos 1:16-39). Oh, y la esperanza que todas esas historias seguramente despertaron en alguien que se sabía bien ser un caso perdido.
“Lo que importa es que hayamos sido transformados en una nueva creación”
¿Cómo se ve para nosotros eso de dar en el blanco o avanzar hacia la meta? ¿A qué se parece ese correr para ganar en lugar de dar golpes al aire?
Dios nos ha quitado a todos la sensación de control que nos caracteriza, y en muchos sentidos todos estamos desesperados por recuperarla. Incluso cuando muchos de nosotros abrigamos las mejores intenciones, entre estas - ministrar y ayudar a otros.
Todos estamos profundamente conmovidos por las imágenes de familias enteras durmiendo a la intemperie llenas de ansiedad ante la incertidumbre generada por los acontecimientos por todos vividos estos días.
Luego Moisés le dijo a toda la comunidad de Israel: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: junten una ofrendasagrada para el Señor. Que todas las personas de corazón generoso presenten al Señor las siguientes ofrendas:oro, plata y bronce; hilo azul, púrpura y escarlata; lino fino y pelo de cabra para tela; pieles de carnero curtidasy cuero de cabra de la mejor calidad; madera de acacia; aceite de oliva para laslámparas; especias para el aceitede la unción y para el incienso aromático; piedras de ónice y otras piedras preciosas para incrustar en el efod yen el pectoral del sacerdote. Entonces, toda la comunidad de Israel se despidió de Moisés, y cada cual regresóa su carpa. Todos aquellos con el corazón motivado y el espíritu conmovido regresaron con ofrendas sagradasal Señor. Trajeron todos los materiales que se necesitaban para levantar el tabernáculo, para realizar lasceremonias y para confeccionar las vestiduras sagradas". (Éxodo 35:4-9, 20, 21 NT)
Luego de haber ponderado una idea que llegara ami atención acerca de la posibilidad de re-pensar los eventos aludidos a la cabeza de este email, y habiéndolo discutido con mi equipo de trabajo, así comocon el Comité Ejecutivo del Distrito y con el equipo del evento AM, hemos decidido realizar sendos cambios que afectarán ambos eventos.
En Juan 15 Jesús arroja luz acerca de esa manera tan especial en la que solo él puede cambiar verdaderamente nuestras vidas: “mis palabras los han limpiado a ustedes, para dar así mucho fruto, fruto que trae mucha gloria a mi Padre”. Y es que bien entendidas, cuando se las abraza con la confianza de un niño, las palabras del Evangelio ¡transforman a las personas! Aquellos a quienes el Evangelio les amanece experimentan tal libertad y tal agradecimiento hacia Dios que su vida pega un giro de 180 grados.
Espero que hayan podido disfrutar algunos días de descanso y de ese reconfortante calorcito familiar que tantocaracteriza a nuestra época navideña. Pido al Señor que les regale un bendecido 2019 al igual que a toda sufamilia e iglesias.
Zacarías está frente al altar de incienso cuando repentinamente y de la nada, allí estaba cuan alto era (parado a la derecha del altar), ¡alguien! Y casi se le detiene el corazón a Zacarías. Inmediatamente escucha las palabras que cada ángel necesita decir en un encuentro cercano con seres humanos - "no tengas miedo". Acá entre nosotros, qué bueno que no le dijo "¡BUH!"
Escuchar, Entender, Encarnar y Extender el Evangelio, ¿de qué se trata?
"Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire..." 1 Corintios 9:24-26
Hay una canción que dice que “la vida te da sorpresas”, pero las mejores son las que Dios nos da.
Estos días he vivido la gloriosa realización una vez más de la veracidad, relevancia y efectividad del evangelio para TODO y TODOS.
Los tengo a todos presente en mis oraciones. No saben con cuántas ansias anhelaría poder sentarme con cada uno de ustedes para escucharles atentamente y compartirles a su vez palabras de aliento del precioso Evangelio. Por ahora tendré que conformarme con escribirles estas líneas.
Amados Hermanos, Se ha presentado la oportunidad de que apoyemos a las Islas Vírgenes, fuertemente afectadas por Irma. Queremos colaborar con una coordinación de esfuerzos que se lleva a cabo para enviar artículos de primera necesidad a estas islas. Es por esto que estaremos recogiendo estos artículos para el sábado 16 de septiembre de 2017, en Afirmación Misionera, en La Alianza Oasis.
"Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús". I Tes 5:18
Salmo 133; Juan 17; 1Corintios 12:12-27; Efesios 4 (Letra U del Acróstico C.O.M.P.R.U.E.B.A.)
(Letra R en el acróstico C.O.M.P.R.U.E.B.A. ) Lecturas: Romanos 1:17; 2 Corintios 5:7; Salmo 25; Hebreos 11
Margaret Manning escribió: "alguna vez te has preguntado ¿por qué Dios no es más obvio?"
Él quiere encontrarlos, ¡crucemos al otro lado! Juan 15:17-25
La temporada de Cuaresma comienza con el miércoles de ceniza (saludable recordatorio de que somos polvo y al polvo volveremos), que este año cae el 1 de marzo, y culmina el 13 de abril.
Amada iglesia, les saludo en el precioso nombre de Aquel que nos ama sin reservas. Aprecio muchísimo lo que hace cada uno de ustedes a favor de la causa más grandiosa de todas - la Iglesia de Jesucristo y su misión.