Hay una canción que dice que “la vida te da sorpresas”, pero las mejores son las que Dios nos da. Él tiene la habilidad de dejarnos sin habla cuando menos lo esperamos... y de maneras muy creativas.
Una de esas sorpresas la vivieron hace poco nuestra misionera Maritza Cumba y Millie Cintrón, esposa del pastor de la Alianza de Barranquitas. Maritza fue allí a encontrarse con una prima que no conocía y, de paso, a visitar la iglesia como parte de su recorrido luego del paso del huracán María por Puerto Rico. Ese día decidió ponerse un suéter con el logo de la Alianza en chino que trajo de Panamá, donde labora como pastora de jóvenes de la iglesia china en ese país.
Lo que Maritza no sabía era que Millie había orado en esos días preguntándole a Dios cómo debían distribuir todo el arroz que habían recibido de parte de Samaritan’s Purse. Ella le contó que Dios la inquietó a llevarle a los chinos, dueños del único restaurante del pueblo, pero que se había demorado unos días pues aparte de tener mucho trabajo le preocupaba no saber su idioma y cómo podría comunicarse con ellos.
Pero Dios lo tenía todo previsto. Cuando Millie vio el suéter de Maritza con el logo en chino, supo que ella era la persona que la acompañaría. Cuando fueron el restaurante estaba cerrado, pero una empleada las dejó entrar. Maritza los saludó y luego de conversar un poco les explicó que Dios las había llevado allí para regalarles unos sacos de arroz.
¡Qué maravillosa sorpresa! Tanto él como su empleada estaban asombrados y, con los ojos aguados, les contaron que no habían podido abrir el restaurante porque no tenían con qué cocinar.
Millie y Maritza les dejaron suficiente agua y 200 libras de arroz. Fue así como un chino en Barranquitas supo que Dios había provisto para su necesidad.