Meses atrás escuché a un comandante retirado de los Navy Seal, quienes entrenan para actuar en algunas de las condiciones más caóticas del planeta, explicando que ellos se refieren a estas como situaciones V.I.C.A. = Volátiles, Inciertas, Complejas, y Ambiguas. Y sospecho que esa es una buena manera de describir también, lo que, en mayor o menor grado, ha estado tomando lugar, no solo en alguna región en conflicto, sino en todo el planeta.
En el caso de PR, ya dejamos de contar el número de crisis de años recientes. Algunas estadísticas dicen que hemos perdido (desde María para acá) entre el 30 al 50% de asistencia a las iglesias del país. Sumado a que los pasados dos años, enfrentamos diferencias caldeadas de cuanto tema existe (mascarillas - no mascarillas, abrir o no abrir, presencial o no presencial, vacuna o no vacuna). El feo rostro del racismo ha seguido mostrándose con gran fuerza en Occidente. Lo que algunos han llamado una cultura de cancelación sigue siendo tendencia, y pareciera que nadie puede estar a la altura de tan severo estándar. La enorme tensión a raíz de la polarización política, sobrecarga de información, y una hemorragia de voces airadas caracterizadas por el cinismo y poca humildad saturan las redes sociales. Sufrimos una crisis económica que no se acaba, huracanes, terremotos, y nos amenaza la llegada de una crisis alimentaria a raíz de una nueva guerra en Europa. Una pandemia viral que se resiste a dejarnos, y otra pandemia de salud mental nos mantiene ocupados. Los cambios de gobierno cada cuatro años (y a veces cada dos) son la orden del día generando aún mayor inestabilidad. Y para colmo, pastores, líderes e iglesias enteras muestran síntomas de quemazón y de una serie de síntomas que típicamente toman lugar tras haber atravesado algún trauma.
El psicólogo John Eldredge dice que los pasados dos años todos hemos vivido un trauma de escala mundial. Él nos ayuda a recordar que el uso de máscaras y el encierro (aún con las buenas intenciones de dichos requerimientos), es lo que típicamente hacen grupos terroristas a sus rehenes. La diferencia es que lo hacen para llevarlos a un punto de quiebre. Así que, aunque fuera por razones distintas, recientemente hemos estado expuestos a condiciones que típicamente tienen consecuencias devastadoramente nocivas. Por eso, y por muchas otras situaciones de semejante complejidad, muchos expertos anticipan que recién está por comenzar la etapa más difícil, que es precisamente la que toma lugar, no durante un trauma, sino después del trauma.
Cuando pienso en la pastoral puertorriqueña, mi corazón se postra en oración a favor de cada uno de ustedes. Y al volver a escribirles, luego de nuestra Conferencia de Distrito, quiero invitarlos a meditar en la carta a los Colosenses. Ya que su situación como iglesia era parecida a la nuestra - un momento VICA. Entre otras cosas, Pablo temía que la iglesia en Colosas se desanimara por el tira y jala dentro del propio campamento cristiano, específicamente acerca de lo que cada grupo opinaba, se debía o no hacer, si habrían de ser buenos cristianos. Él temía además que ciertas ideas que no tenían nada que ver con el Evangelio, a las que llama “disparates elocuentes” y “filosofías huecas”, atraparan a los creyentes en una red de errores, y de engañosos argumentos ingeniosos. Sin mencionar la incipiente persecución religiosa, los frecuentes terremotos que sufría aquella región, ni el cambia y cambia en el ejercicio del poder, por parte de más políticos de los que cualquiera aguantaría, y que habían minado la estabilidad política, social y económica de Colosas.
Bienvenidos a Colosas. Bienvenidos a PR. Bienvenidos a la “nueva normalidad”. Pablo escribe muy consciente de lo que un ambiente VICA requiere de los líderes. Primero - dichos ambientes requieren que sirvamos en EQUIPO. Ningún ser humano es tan inteligente, ni posee la experiencia necesaria como para taquear por sí solo, lo que a diario se nos echa encima en tiempos así. Es más, si hay algo realmente peligroso, es cuando una persona ¡no sabe que no sabe! Por eso, en tiempos como el que nos ha tocado vivir, nos urge trabajar en equipo. Las cartas de Pablo dan fe de eso, incluyendo la que aquí nos atañe, donde comparte que Epafras (un miembro de su equipo) había plantado esa iglesia.
Nuestro presidente, el Rev. John Stumbo escribe que muchos creen que Epafras es un diminutivo de Epafrodito (que significa - dedicado a Afrodita diosa de la prostitución). Así que, gracias al cambio de vida que el evangelio produce, al que antes llamaban ‘dedicado a Afrodita’ ahora lo llaman amado hermano, fiel servidor de Cristo, amado colaborador, y también - INTERCESOR FERVOROSO. ¡Qué interesante!, porque eso explica el que la oración sea tan fundamental en esta carta. Piénsalo, el pastor-plantador de la Iglesia en Colosas, creía en la oración. Pablo asegura que Epafras siempre oraba fervorosa e intensamente por ellos.
Eso es lo segundo que debería provocar un ambiente volátil, incierto, complejo y ambiguo: humildad. La profunda realización de que este servidor, así como la persona leyendo estas líneas - somos simples seres humanos, llenos de límites y debilidades, cuya carnalidad tiende a sabotear nuestras mejores intenciones. Algo que obviamente debería provocarnos - UN RENOVADO SENTIDO DE NUESTRA NECESIDAD DE DIOS. Por eso, considero que las oraciones a favor de la iglesia en Colosas deberían informar las oraciones a favor de cada iglesia Aliancista.
Lo primero que Pablo pide es que: “Dios les dé pleno conocimiento de su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual”. Un ambiente VICA necesariamente implica un continuo bombardeo de la toma de decisiones. Por lo que no nos sorprende el que muchos estén comenzando a padecer de algo que se conoce como fatiga de decisión. Máxime cuando la información a la mano es Volátil, Incierta, Compleja y Ambigua. Así que, orar así ¡podría cambiarlo todo! Es más, pedir “venga tu reino, que se haga tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra”, es dar por sentado que el Reino de Dios trata acerca de llegar a conocer y amar la voluntad de Dios. Por lo que la oración de Pablo no podría ser más pertinente: que Dios nos dé pleno conocimiento de su voluntad, para saber así siempre, qué es lo que más conviene hacer. Entiéndelo: Dios verdaderamente ¡quiere guiar a su pueblo!
¿Quiere un ejemplo? Considere la merma en la tasa de natalidad en PR (y en el mundo). Oiga, nuestras escuelas públicas tendrán apenas el 33% de la población estudiantil de hace 10 años. Y una razón podría ser esta: que la cultura y los medios han inculcado en nosotros una idea defectuosa acerca de lo que un hijo(a) es; formando en nosotros una manera de pensar (o mapa mental) que contradice al Evangelio. Por eso, muchos cristianos(as) han determinado no tener hijos, porque han creído esa mentira: el que los hijos son una carga.
Sin embargo, según el Evangelio los hijos son herencia de Jehová, y son como flechas en manos del valiente, y bienaventurado es el que llena su aljaba de ellos. El mapa mental de Jesús difiere de los de Marvel, DC Comics, Facebook, Instagram, Plaza Las Américas, Apple, Microsoft, Google, etcétera, etcétera. Y por eso…“que Dios les dé pleno conocimiento de su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual”. “Entonces (continúa Pablo) la forma en que vivan siempre honrará ya gradará al Señor, y sus vidas producirán toda clase de buenos frutos. Mientras tanto irán creciendo a medida que aprenden a conocer a Dios más y más”.
Lo otro que Pablo pide en oración es que “se fortalezcan con todo el glorioso poder de Dios para que tengan toda la constancia y la paciencia que necesitan”. Estos días, leyendo el libro RESILIENCIA de John Eldredge, aprendí que existe una diferencia entre los camellos y los caballos que podría servirnos algo. Cuando un caballo está cansándose o le da sed, da clara señales de ambas cosas. El camello no. Este poderoso animal puede atravesar desiertos enteros sin presentar señales de cansancio o de sed. De ahí que, aun cuando a todas luces parezcan capaces de continuar, muchas veces caen muertos repentinamente. Tú y yo somos como el camello. En una crisis, enfrentamos el problema, y empujamos, luchamos, corremos, cargamos, decidimos, y le metemos el pecho a la cosa. Después de todo, alguien tiene que hacerlo. Y de pronto, cuando sentimos estar del otro lado, colapsamos, sin ton ni son. Y es que, aunque no lo demostremos, quemamos todas nuestras energías, y lo que es peor - todas nuestras reservas.
Esta oración dice algo que describe fielmente la condición humana y el secreto del cristianismo - nuestra resiliencia no proviene de nuestras reservas. Se trata de una resiliencia sobrenatural - fuerzas más allá de las nuestras: “pido que se fortalezcan con todo el glorioso poder de Dios para que tengan toda la constancia y la paciencia que necesitan”. ¿De dónde vienen esas fuerzas? Vienen de Dios mismo, y de habitar regularmente en la mismísima presencia de Dios. La iglesia es un milagro, nada se lograría sin el Espíritu Santo de Dios. Es solo por eso que Pablo puede pedirle a Arquipo, (al final de la carta), “asegúrate de llevar a cabo el ministerio que el Señor te dio”. Y es solo por eso, por esa PODEROSA GRACIA DE DIOS disponible para ti y para mí 24/7 en Su Bendita Presencia, que en medio de tiempos tan retantes, me animo a pedirte tanto a ti (como a mi propia alma), exactamente ¡lo mismo! El secreto del ministerio es ¡ÉL MISMO!
Les amo
Pastor Javier Gómez Marrero